Escribir poesía es mi consuelo, mi refugio constante. Pero, ¿cumple su propósito si no es escuchada? Un eco en la penumbra del silencio poético
Déjame amarte
24 de julio de 2017
Dios se cansó de escucharme
y me mando a escribirte esto,
espero no te enoje mi atrevimiento.
Mi almohada está agotada
de ser tu sustituta,
mi cuarto me reclama
que tire aquella caja a la basura.
Pero es nuestro único recuerdo,
insisto en el capricho,
pues, aunque verla me destroza,
a mi última cita me remonta.
No soy tan malo,
lo puedo demostrar,
solo dame tus labios,
tu corazón voy a cuidar.
Déjame amarte una vez más,
y abrazarte con toda intensidad.
Besarte los labios, son mi manantial,
mirar tus ojos, son la eternidad.
Yo sé que no soy perfecto,
mejor que nadie lo sabrás,
pero a tu lado yo siento
que me he vuelto a enamorar.
Vuelve por favor.